jueves, 4 de abril de 2013

Poesía cotidiana

Caminar a tus anchas por la vida
a lo loco sin mañana ni destino.
Dedicar tus horas a los versos
en ausencia de prosa intervenida.

Meditar acaso qué comer mañana
si habrá que poner la lavadora
si hay yogures de fresa en la nevera
si caducan o no, si azucarados.

La prosa cotidiana que te llena
de ansiedades, trampas y locura.
Que se funde la bombilla
el congelador no enfría
que alguien ha roto una silla
que el armario está de pena.

Habrá que pasar la aspiradora
por todo en general
por mejorar
ese aspecto deplorable de las cosas.
Las cotidianas.
Ésas aparentemente tan sencillas.
Las que no arman revuelos ni peleas
ésas tan aptas para el desconsuelo.

Y, entonces, escribes el poema
para que tengan sentido los dilemas.
El yogur, la lavadora y la nevera.


1 comentario:

Genosma dijo...

Y además poetisa. Me encanta.