sábado, 10 de febrero de 2007

Ácido sulfúrico

Corrosivo. Venenoso. Asfixiante.
El sulfúrico y su poder destructor.
"Llegó el momento en que el sufrimiento de los demás ya no les bastó: tuvieron que convertirlo en espectáculo".
Así comienza la novela de Amélie Nothomb. Una historia aterradora, conmovedora, cínica, ecléctica, sabia y poderosa.
La historia de quienes miramos el horror y nos sentimos tan atraídos por él que no somos capaces de apartar la mirada.
La fábula que nos muestra como somos: egoístas, ajenos, desalmados, salvajes.
El espejo que nos devuelve a la fiera que llevamos dentro y que ni siquiera disimulamos ante los ojos de los demás.
"Ácido sulfúrico" debería leerse en los colegios y tendría que ser obligatoria para los programadores de todas las televisiones. Aunque, quién sabe, quizá sea contraproducente: puede ocurrir que les guste la atroz idea.

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