viernes, 1 de septiembre de 2006

Septiembre

Nos empeñamos en septiembre como muñidor de otoños.
Fin del verano.
Operación retorno.
Hojas muertas.
Pero persevera agosto, cargado de calores, resistente a la lluvia, terco en su agonía.
Hay fiestas en muchos lugares, símbolos de recolecciones ya arrumbadas. No se vendimia con los brazos humanos sino con ingenios mecánicos. Y en los viejos festejos se celebraban cosechas, se adoraba a dioses paganos, Baco y compañía.
Ahora nos embriagamos durante todo el año, sedientos de por vida, bebedores de sueños y de aire fresco.
Infiernos de agosto que nos dan más sed, por mucho que nuestra sombra se alargue al atardecer.
"Ya se le nota al día", dice la gente, como si fuese un mérito humano el logro del otoño que no acaba de llegar.
Y nos devanamos en deseos de lluvia y frescor, otoñadas fértiles y sueños renacidos.
Brindemos por el fin del verano. Por suerte, en esta época, se llenan las copas con vinos nuevos, renacidos sabores olvidados.
Acaso, con su ayuda, podamos olvidar los malos tragos del persistente e infernal agosto.

No hay comentarios: