martes, 29 de agosto de 2006

Secuestros

"Formaba parte de mi vida". Y suena bien, aunque lo diga una mujer que fue abducida durante ocho años por su secuestrador.
Otra mujer fue muerta por su marido, treinta años después de que comenzaran una convivencia atroz. Ese asesino también formaba parte de su vida.
Y lo lees y piensas que la vida es un gigantesco rompecabezas que siempre tiene huecos, pequeñas o grandes piezas que se escurren bajo la alfombra y nunca consigues hallar para completar el dibujo.
Quienes vamos conociendo o desconociendo forman parte de lo que somos y lo que sentimos. Estamos rodeados de otras vidas que son, a su vez, otro puzzle incompleto.
A veces tenemos la ilusión de haber hallado la pieza definitiva, la que nos recompone por entero y completa todo aquello que creíamos ser.
Pero la vida sigue siendo un extraño paseo.
Acaso sólo en el último instante podamos percibir dónde estaba la clave de todo aquel absurdo y doloroso rompecabezas.
Mientras tanto, caminamos incompletos, dando tumbos, buscando piezas bajo las alfombras o entre la almohada. Pero ahí sólo suelen hallarse retazos de sueños que un día nos parecieron hermosos.

No hay comentarios: