sábado, 13 de mayo de 2006

Golondrinas y soledad

Me reacomodo a la vida mientras veo a las golondrinas jugar en el aire.
Persiste el dolor cuando va llegando el calor, la falsa sensación de bienestar de todos los finales de primavera.
Releo y leo.
El egoísmo, tan malvado, estropeándolo todo, como veneno en un buen vino.
Vuelan veloces, poderosas. Se esquivan unas a otras, jamás chocan en ese aire que les pertenece y que a mí, ahora, me falta.

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