miércoles, 28 de octubre de 2015

PANTALLAS SOBRE PANTALLAS





Antaño, en las noches de invierno,  ardían leños en los hogares. La luz de las velas provocaba sombras en las cortinas y cierta magia impregnaba la oscuridad.
Hogaño, me asomo a la ventana y no veo siquiera a la chica de ayer. Veo parpadeantes pantallas en todas y cada una de las ventanas.
Ventanas multiplicadas, repetitivas. Ventanas que llenan de colores cortinas y paredes.
Suenan gritos, discusiones airadas, risotadas, jaleos, música, estridencias.
Resuenan hasta confundirme porque tras el reflejo de las grandes pantallas veo otras más pequeñas. Tabletas, teléfonos móviles. En ellos se teclea aquello que se ve en la gran pantalla, el trampantojo principal, el santificador de cada salón, la peana hacia la que oramos los de ahora.
Y casi puedo oír mensajes entrecruzados, cháchara, diatribas, alabanzas.
Y miro de reojo a mis propias pantallas y leo cosas extrañas.
-      Ola, ke ase.
-      Quicir
-      Guapa no, lo siguiente
-      Me sigues y te sigo
-      Gane followers
-      El youtuber
-      El bloguero
-      El trending topic
-      El hastag
-      El site
-      Un fake

Y en esa cascada de términos, frases, anglicismos y nonadas descubro tópicos como los de siempre, pero tintados de una modernidad que no hace más que disfrazar lo hueco, lo huero, lo sin sustancia de casi todo. La volatilidad de lo que ahora importa, pero sólo ahora, porque mañana se habrá olvidado y las células de las pantallas se dedicarán a otros asuntos o nos despistará otra diatriba, o habrá un estreno de un nuevo y viejo programa donde gentes airadas escupirán insultos en vez de argumentos.
Una pantalla es un reflejo, también el lugar donde parapetarse, ocultarse, disimular         que no se tiene nada que decir, por eso suele decirse a gritos.
A veces en la redacción nos pedimos unos a otros sinónimos, como quien solicita una flor, el ornamento necesario para expresarse con precisión, para no confundir a quien nos lee o nos escucha, para que el mensaje sea claro y veraz y bien contado.
A veces, ante realidades atroces, nos faltan las palabras pero están, siempre están, siempre hay una, y certera, para expresarse.
Ah, pero qué cansado es hurgar en diccionarios, comprobar significados, decir con solvencia.

Y qué confuso usar sinónimos de “hermoso” para quien simplifica con un “qué guapo te ha quedado”. 
Tanta pantalla para tan poco contenido.
Tantas que, acaso, pronto sólo se reflejen en ellas 'palabros' y no palabras porque las habremos olvidado. 
O porque las matamos, con nuestra desidia, a diario.

5 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

En contrapartida, existen miles de cuentas en las que se pueden leer microrelatos y micropoemas, una nueva forma de literatura efímera condensada en menos de 140 caracteres.
La herramienta, como todas, no es buena ni mala, depende de las manos en las que cae.
Saludos e interesante blog.
Juan Carlos.

J.T. dijo...

Me ha encantado lo de pedir sinónimos como quien solicita una flor. En el fondo yo lo veo un poco así...
Vivimos en un mundo que va a la misma velocidad que siempre pero en el que nosotros ponemos mucho empeño en que parezca que no. Todo vuela, hay poco espacio para la reflexión sea en 140 o delante de un café. La actualidad es una amalgama de personas, intereses y cosas que pueden tener mayor o menor importancia según quién domine la tecla, el botón, la cuenta... pero que a menudo no tiene demasiada trascendencia. Los gritos, las modas, las tendencias o los hashtags se solapan unos a otros hasta que perdemos las formas o las referencias pero...
Al final volvemos al principio. Siempre hay personas que buscan sinónimos como si fueran flores porque no quieren entregar cualquier cosa, siempre gentes dispuestas a compartir su emoción no tanto por exibicionismo, que de eso también hay, como por hacerla más grande en cuanto toca otros ojos, siempre personas que aunque sea su trabajo intentan hacerlo lo mejor que pueden por una cuestión de integridad y de respeto. Porque el respeto siempre tiene dos manos; si tú no se la coges de un lado no puedes esperar que otro agarre la otra.
Todo este rollo para decir que en cualquier zona pavimentada siempre hay una pequeña grieta. Y en ella, si uno se fija bien, por minúscula que sea siempre hay vida y en primavera explota una flor. Solo hace falta dejar la pantalla, agacharse hasta ponerse de rodillas y contemplarla.
Gracias entonces por las grietas, por la búsqueda de sinónimos, por la memoria de las palabras y por la flor.
Desde una pantalla azul.

A.Ruiz dijo...

Juan Carlos, J.T. habéis enriquecido el texto de tal forma que sólo puedo deciros GRACIAS.

Brax dijo...

Si me lo permites, Ana, yo creo que no hay que confundir los mensajes rápidos e insustanciales, o los explosivos, con los que intentan publicar una idea de forma precisa. Yo, al menos, tengo esa dualidad. Hoy te pongo un "pos vale" y mañana un mensaje meditado escogiendo cada letra con mimo (si el resultado no es mejor es por alcanzar el límite de mis habilidades).

Mi trabajo es técnico y a veces pido un sinónimo en voz alta para un e-mail o un análisis técnico y la gente lejos de extrañarse colaboran con entusiasmo, porque entienden que expresar ciertas cosas con precisión forma parte de la excelencia en este trabajo, y porque es un reto divertido.

Casi más divertido es hacer con las palabras prestidigitación, que no magia. Desviar la atención de una idea, poder decir que la habías comunicado de forma correcta con fecha tal pero al mismo tiempo tratar de que el receptor no la vea o no la entienda, y no pida aclaración, sin que parezca que la jugada es premeditada. Es una pequeña batalla escrita. Nunca he redactado un contrato pero imagino que es parecido.

¡Gracias! Especialmente por hacernos pensar. Un beso, guapísima.

A.Ruiz dijo...

Muchas gracias, Brax. Efectivamente, una cosa son las bromas que hacemos en Twitter y otra el lenguaje profesional de cada uno, que conviene que sea certero y preciso. Para no cometer errores por una parte, y, por otra, para no mentir (en el caso de los periodistas sobre todo).
Un abrazo agradecido.