Un viejo templo. Luz al final del túnel. Qué fácil es ver apariciones.
Si no ascendemos, si decidimos permanecer, podremos imaginar cualquier cosa más allá.
Pero quienes deciden arriesgarse acaso descubran que, más allá, no hay absolutamente nada.
El más acá es todo lo que tenemos.
Y el esfuerzo de subir por unas escaleras que van hacia ninguna parte.
1 comentario:
Hola, Ana!
Genial que recuperes el blog y con imágenes tan bonitas ^^. Yo tengo fijación con las escaleras de entrada al castillo de Loarre, aunque, en realidad, tengo fijación con Loarre en sí.
Un besito!
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