jueves, 8 de diciembre de 2005

Rigoberto, el bipolar

Hay bromas que matan. O enfermedades mentales que matan. Sobre todo si vas en un avión. Sobre todo si estás en USA.
A Rigoberto le cosieron ayer a tiros. Un valiente agente de la autoridad competente decidió que Rigoberto era muy peligroso e iba armado, así que se lo cargó.
La mujer de Rigoberto había gritado que ese hombre alterado era su marido, que era bipolar, que no había tomado su medicina...
Ya no tiene que medicarse más.
Igual a su viuda le pagan una indemnización. O no.
Al fin y al cabo, gritaba como un loco, corría por el avión y llevaba un maletín. Suficiente para abrasarle a tiros. Era muy sospechoso, no me digan...

1 comentario:

Anónimo dijo...

La paranoia no tiene límites.

En un país gobernado por paranoicos, donde siempre se ha fomentado el miedo a todo lo exterior o diferente, lo que se hace raro es que no ocurran hechos semejantes a diario.

¿o sí, pero no tan llamativos y por lo tanto no noticiables?

¿o algo -qué, de qué naturaleza, a qué coste- impide que se llegue a esos extremos?