miércoles, 18 de mayo de 2005

Domingo y tedio

Los domingos por la mañana están llenos de esperanzas. Se asoma uno al día festivo y cree que completará tareas siempre pospuestas. No hace falta que sean grande cosas, pueden ser simplezas como ordenar un armario, tirar viejas facturas, colgar un cuadro o bajar tanto papel acumulado al contenedor.
Los domingos por la tarde están llenos de fracasos. Nada de aquello se hizo y el lunes se asoma amenazante, otra semana cuesta arriba que habremos de escalar.
Y nos decimos, habrá más domingos y haré las tareas pospuestas y la tarde no será tan tediosa, tan triste, tan gris.
Así somos o así nos conformamos con ser.

No hay comentarios: