Quien escribe se expone
está desnudo.
Más que el hablar
el escribir nos delata.
Más que el contar
más que el callar.
Es posible mentir cuando se escribe.
Es posible decir lo que no piensas.
Se permite todo en este juego,
incluso,
huir de las ausencias.
Mas no vale dejar correr la pluma
si no hay detrás lo que te avale
la necesidad imperiosa de expresar.
una historia,
un olvido,
las añoranzas, el miedo.
Un recuerdo
o el beso que no diste.
Quien escribe, descubre sus infiernos.
2 comentarios:
Quizá por eso son tan dulces los halagos y amargan tanto las críticas. No hay medias tintas.
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