Que
no pienso hacer balances.
Que
no hay nada que poner en la balanza.
Que
los desniveles se agudizan y todo cae por el lado del más débil.
Que
ha muerto un hombre vagabundo; hizo de una cañería vivienda y ataúd.
Que
seguimos celebrando no estar muertos y se mueren a millares en el mundo.
Y
ni los vemos.
Que
le cierre la persiana otro a este año.
Que
vendrán más y nos harán más viejos, menos sabios, más torpes y fallidos.
Que
me conformo con que no sufran los cercanos.
Que
no nos ronde el dolor.
Que
no dejemos de luchar porque, eso sí, sería terminarnos.