jueves, 26 de junio de 2014

DE UN MENSAJE CON 26 AÑOS DE RETRASO.




Lamento haber sacado el viejo papel de entre las páginas. Acaso marcaba un punto especial en la lectura.
O puede que no, puede que el azar lo colocara ahí. Una mano que el once de agosto de 1988 marcó casillas con equis en una Primitiva. Jugaba al azar. Y al azar me llegó el libro “Madre noche”, de Kurt Vonnegut. Desde una librería de viejo en otra ciudad.
Desde el ayer.
Y había más, un número de teléfono sin prefijo. He buscado en Google con varios posibles y sólo aparecen empresas de albañilería. Eso ha sido un golpe bajo en el misterio del billete olvidado entre las páginas.
Pero había más en el reverso. Los premios entonces eran de 25.000 pesetas. Curioso.
Y otra anotación a mano. Una hora: 9:30. Una fecha: Martes 27. O sea, alguien anotó que 16 días más tarde había de acudir a algún lugar. Pongamos que al dentista. Qué desilusión de nuevo.
Pongamos que a una cita secreta y amorosa. Secreta porque el lugar no se anotó. Amorosa porque alguna licencia he de tomarme y me apetece imaginarlo así.
El billete ha amarilleado con los años. Casi 26.
Esperad, he descubierto otra cosa. Otra anotación a mano, esta vez en mayúsculas: LEÓN. Con su acento. En una esquina del billete. Diría que es letra de mujer, pero no estoy segura. Diría que ojalá no olvidase, igual que le pasó con el resguardo, que tenía una cita en el Barrio Húmedo, a hora temprana y que llegó a tiempo y que todo le fue bien.
Por añadir, que quizá hoy esa desconocida lea esta historia y rememore el encuentro, la novela, la apuesta a todo o nada. El resguardo perdido.
Y que pasan los años y aparece el olvido. Salvo que el mensaje esté escrito con letra fina y concienzuda y bolígrafo de tinta azul y te llegue a las manos como la botella de los náufragos que siempre somos.

(Para Hugo Izarra, que me recomendó leer "Madre noche".
Para Paloma, que me retó en Twitter a escribir esto.
Para quienes envían mensajes con la esperanza de ser leídos).

3 comentarios:

Hugo Izarra dijo...

Eres capaz de extraer magia de lo cotidiano. Tienes un don extraordinario, el don que te mereces. Gracias por compartirlo con nosotros. Y por no abandonarlo.

Pa Tricia dijo...

Ay Ana...

Gracias por hacernos creer y soñar.

Por un momento he pensado que era yo.

Bien podía estar en ese lugar ese día. Pero no.

Irene, dijo...

Siento una sensación muy agradable después de leerte. Como de haber aprovechado el tiempo...

Escribes de tal forma que es imposible no sentir nada al leerte.

http://www.azucarycenizas.blogspot.com.es