Entre la argamasa los ladrillos susurran ecos de otros días. Los escucho en
silencio. Cada uno es una página que debe descifrarse en la penumbra, un sonido
que viene del ayer y me hace temblar, sonreír, derramar lágrimas, suspirar,
enamorarme.
Hay tantos que, estoy segura, nunca lograré prenderlos todos a mi piel,
asumirlos como míos en cada paso –muy pequeño- hacia el final.
Pero uno a uno los ecos de otros días me alcanzan y hacen del silencio un
susurro de voces. Los textos que tantos escribieron para que, al caminar,
aunque inevitablemente el túnel se acabe, nos sintamos acompañados, iluminados,
acaso algo más sabios. Para no estar solos en ese sendero hacia el fin, donde
la bóveda se llena de sombras. Y de miedo.
1 comentario:
Siempre serán más importantes los caminos que las metas. En el camino se va decidiendo cómo será cada historia.
besos
Publicar un comentario