Recoger las cosas
de los muertos
Los enseres,
Las joyas,
Su ropa,
Los perfumes.
La vieja
afeitadora.
El último libro
que leían.
El marca páginas
intacto
En el punto donde
nunca seguirán esa lectura.
Recoger la vida
de esos otros
Que nunca
volverán adonde estaban.
Los aromas que
recuerdan las ausencias.
Recoger las cosas
de los muertos
Como quien toma
frutas en un huerto
Donde nunca más
brotarán aquellas flores
Donde nunca más
habrá el consuelo
De otra primavera
florecida
Y sus abrazos,
sus besos y sus versos.
Recoger la vida
entera en un hatillo
Hartarse de
llorar por esas cosas
Que son sin ser
la ausencia entera
Que son, sin ser,
lo que ellos eran.
Que son, sin ser,
lo que de ellos,
como efluvios, queda.
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