A Kenneth le pusieron una inyección. Antes había comido carne, patatas, ensalada y un refresco. Y luego pidió no ser recordado sólo como un número. El número mil exactamente.
Después murió.
Kenneth será recordado por ser el número mil. Y yo no me explico cómo alguien que va a morir es capaz de comer carne con patatas.
Tampoco me explico qué gana el mundo con la muerte de Kenneth, que estuvo en Vietnam y regresó loco y mató a su mujer y su suegro en un arrebato.
Claro que, a quién le importa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario