miércoles, 17 de junio de 2015

UN REGALO



He de agradecer a @Gorg_blau el detalle de hacer este montaje de la historia de los cernícalos. Porque en Twitter hay muy buena gente que ha disfrutado con una nidada de aves en mi ventana. Una cocina abierta a todos, gracias a esto que llamamos tecnología y sirve para unir, afortunadamente.

lunes, 1 de junio de 2015

UNA AGONÍA GENEROSA




Mi abuela Cilveti, Corpus, la mujer de Serafín Echauri, no supo jamás ser egoísta. Ni creo siquiera que lo intentara.

En ella eran de verdad frases como “ojalá yo enferma y no tú”, “me quitaría el pan de la boca para dártelo” y otras del mismo estilo.

Mi abuela Cilveti, que había vivido tiempos duros, sabía que en esos momentos es cuando precisamente más se necesita de la solidaridad.

Mi abuela Corpus murió en su cama. Viuda desde hacía años, le acompañaba mi madre en ese trance.
Las grandes frases que pronuncian antes de morir los grandes personajes de novelas y películas suelen pasar a la posteridad. Y he pensado que merece la pena contar cuál fue la última frase de la abuela Corpus a su hija pequeña:

“Ponte la chaquetica, no te enfríes, mi chica”.

Dicho lo cual, expiró.

Ya os dije que jamás supo ser egoísta, ni siquiera emprendiendo su último viaje. Sabía que nada se deja atrás, quizá esto sólo, el recuerdo agradecido de una nieta a quien también enseñó a ejercer la generosidad. Y bien que se lo agradezco porque es una herencia incalculable.