martes, 18 de noviembre de 2014

A PEDRADAS



Probablemente nunca abandonamos Atapuerca.
Es muy posible que esta dinastía de humanos a la que decimos pertenecer, con orgullo de "sapiens", vuelva una y otra vez a la caverna donde se refugió porque hacía frío y no había abrigo ni fuego ni la inteligencia suficiente para inventarlos.
El deporte rey no es el fútbol.
El deporte rey es el lanzamiento de piedras al vecino, para ver si lo descalabramos y ocupamos su lugar o le quitamos algo aunque no nos haga falta.
Qué bien se nos da destruir, criticar, amedrentar, lapidar, crucificar, prender piras, cortar cabezas, pisotear.
Qué pericia en la crueldad la de nuestra generación.
Pues eso. Nunca debimos abandonar Atapuerca. Ahora somos más dañinos aunque tengamos calefacción.