miércoles, 25 de mayo de 2005

¡Ah, qué nervios!

Aquella mujer se levantaba siempre muy temprano. Llegaba a la oficina antes que nadie. Encendía su ordenador. Si Internet iba lento se ponía muy nerviosa...
Aquella mujer abría el correo con ansiedad, a veces hasta se equivocaba en la contraseña de puros nervios.
Cada mañana, siempre, todos los días, la carta de amor estaba allí. Cuántas palabras hermosas, cuántas ansias, cuántos deseos...
Aquella mujer se acostaba siempre muy temprano. Lo último que hacía antes de irse a la cama era conectarse a Internet, abrir el correo... y escribir hermosas cartas de amor que leería por la mañana.
Su amante nunca le fallaba.

miércoles, 18 de mayo de 2005

Domingo y tedio

Los domingos por la mañana están llenos de esperanzas. Se asoma uno al día festivo y cree que completará tareas siempre pospuestas. No hace falta que sean grande cosas, pueden ser simplezas como ordenar un armario, tirar viejas facturas, colgar un cuadro o bajar tanto papel acumulado al contenedor.
Los domingos por la tarde están llenos de fracasos. Nada de aquello se hizo y el lunes se asoma amenazante, otra semana cuesta arriba que habremos de escalar.
Y nos decimos, habrá más domingos y haré las tareas pospuestas y la tarde no será tan tediosa, tan triste, tan gris.
Así somos o así nos conformamos con ser.

martes, 3 de mayo de 2005

Milagros en los bolsillos

Hay una experiencia curiosa que se repite cuando cambia la temporada. Por ejemplo ahora, cuando se recogen los abrigos y se recupera ropa con aromas de otras primaveras. Sacas aquella chaqueta que guardaste en los primeros fríos y, sorpresa, hallas un billete de tren, unos céntimos de euro, un chicle algo caducado...
Hoy el hallazgo ha sido más curioso.
Quién sabe dónde, me entregaron o recogí un pequeño folleto de color azul claro. Hay un ángel dibujado en la parte superior y un texto que reza:

"Profesora Patricia, famosa por sus milagros. La solución a todos sus problemas con la Astróloga, esperitista, vidente. 20 años de experiencia y seriedad en su trabajo".

Por si esto fuera poco, la tal Patricia te da el secreto para el éxito, la felicidad y el amor...
Y pensar que semejante tesoro ha dormido olvidado en un armario todo un largo invierno...

No pienso llamar a Patricia, no sabría muy bien qué hacer con el secreto para el éxito, la felicidad y el amor. Dejaré el folleto en el bolsillo, quizá la próxima primavera tenga su oportunidad...