jueves, 21 de abril de 2005

Mafalda

Hay una historieta de Mafalda que siempre me hace sonreír. Es aquélla en la que la niña asegura:

“La vida es como un examen, cuando te has aprendido las respuestas, te cambian las preguntas”.

En este extraño paseo, examen diario, que es la vida, lo malo es que no hay suspensos ni aprobados. Ni recuperaciones, ni posibilidad de volver en septiembre. Tampoco sirve el arrepentimiento…
La experiencia consiste sólo ir acumulando errores para reconocerlos como tales, y reconocernos en ellos, tal y como somos.

viernes, 15 de abril de 2005

Tanto amor

No había una sola canción romántica que no le reflejara con exactitud en cada letra. Todas y cada una, hasta las más vulgares, venían a expresar sus sentimientos de forma tan fiel como si ella misma hubiera inventado los textos.
"Bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez". "Quererte así es morir de amor y por amor tengo el alma herida".
Tenía el corazón partido, palpitaciones varias, sueños eróticos, angustia y esperanza a partes iguales, un cóctel que tan pronto la elevaba sobre el común de los mortales como la hundía en la más absoluta de las tristezas.
Él la miraba cada mañana y cada atardecer. Ella le sonreía, le hablaba, le besaba en los labios y en los párpados, se desnudaba para él y para él se ponía la ropa más bonita, para gustarle, para ser atractiva a sus ojos brillantes y cálidos.
Pero no hubo manera.
El póster del actor seguía inmutable, colocado a la cabecera de la cama. Siempre sería su amor imposible. Siempre.

lunes, 11 de abril de 2005

Como Nicolas Cage...

... ¿No os pasa? Llevo un par de días sin dejar de tararear esa canción de Amaral. Haga lo que haga, mi cabeza repite el estribillo...

La última cena para los dos
Pero esta noche moriría por vos
Como Nicolas Cage en Leaving las Vegas
No tengo planes más allá de esta cena,
Es un misterio hacia dónde la noche nos lleva
Y luego, luego se hace el silencio en mi cabeza, ya no repito las frases de la canción. Quizá otra música venga a destronar a este "Moriría por vos" , pero ahora, hoy, y desde hace un par de días, la tonada vuelve y vuelve...
La vida parece llena de eternos retornos.
Es un placer poder retornar a aquello que fue especial, aquella milésima de segundo en la que el mundo era como debe ser, como creemos que debe ser. Como queremos que sea. Siempre.
Y es, ya sabemos, imposible.

sábado, 2 de abril de 2005

Antigüedades

Tengo colgados ante mí tres cuadros. Los pintó mi abuela paterna cuando era joven.
No son pinturas sino dibujos a lápiz o carboncillo. Un fondo de papel amarillento y trazos recios en negro.
En uno hay un paisaje; una extraña vivienda, mitad palafito flotante, sobre un lago o un río. Al fondo un soto de álamos que se elevan hacia el cielo. En primer plano una casa aparentemente acogedora, con chimenea, sólida, construida de piedra.
En los otros dos hay retratos de mujer. Son madonnas o diosas griegas o, quién sabe. Hermosas damas, tocada una con hojas de parra y zarcillos y aretes en las delicadas orejas. La otra no se adorna con cosa alguna, sólo un velo tenue en la cabeza y la mirada pensativa, ausente.
Tengo colgados ante mí tres cuadros. Firmados por mi abuela paterna.
Era joven, correrían en el calendario los primeros años de siglo veinte.
Han pasado cien años desde que mi abuela fue joven y pintora y soñadora.
Su obra persiste, puedo verla colgada ante mí mientras esto escribo.
Por sus obras los conoceréis.